En la localidad de Nuez de Aliste, Don Sancho ha pasado grandes momentos, desde las primeras visitas en los años noventa. De la mano de Prudencio Romero, su mujer Vitoria, María Méndez, Vitoria "la parrica", Isabel, Catalina, Juan, la Tí Filomena, Narciso, entre otros... donde aprendimos de primera mano, cómo se interpreta el baile tradicional en Nuez.

Los primeros trabajos de campo en esta localidad, fueron en casa de Prudencio, en la sala, con una grabadora, y las mismas ganas de aprender que seguimos manteniendo. La contínua convivencia semanal durante años en Aulas de Música en Aliste y Tras-os-Montes de Trabazos, donde muchos de ellos acudían a pasar la tarde de baile del sábado, consiguió crear unos auténticos lazos de amistad y admiración entre Don Sancho y los bailadores, pandereteros y gaitero de Nuez de Aliste.

Hace una semana volvimos, un domingo, para pasar una sencilla tarde de baile, organizado por el cura del pueblo, antiguo componente de nuestro grupo muy ligado y querido en Don Sancho. Allí encontramos a mucha gente, todo un pueblo volcado con la hospitalidad de siempre.

Algunas ausencias provocaron nudos en la garganta, silencios y gestos cariñosos; pero aunque todo ha cambiado mucho en 20 años, y la tradición se ha nutrido de músicos y bailadores procedentes de escuelas y agrupaciones de tipo folkórico, Nuez sigue siendo un lugar donde todavía se puede disfrutar del baile y de la canción tradicional en estado puro. Todo un lujo en nuestros días.

Narciso, gaitero de Nuez, volvió a tocar la gaita después de más de un año en silencio, por el fallecimiento de nuestra querida Juana, mujer alegre, acojedora, buena y simpática; de la que nunca olvidaremos la manera de bailar las espuelas.

Todo esto, arte.