Lunes de Pentecostés

el día que yo más quiero

que me pongo la medalla

y me marcho de romero...



La Romería de la Virgen de La Concha a La Hiniesta es uno de los momentos del año más importantes de la devoción mariana en la provincia de Zamora, donde se dan la mano, la tradición, la cultura popular y la devoción a la Patrona de Zamora.

Esta romería ha ido evolucionando a lo largo de los años para adaptarse a los tiempos actuales, donde miles de personas hacen los 7 km de camino que separan a Zamora de La Hiniesta, para compartir un día de campo en algunos casos, y para memostrar, en la mayoría de los casos, una auténtica devoción y fe por esta imagen.



El origen de la Cofradía de Nuestra Señora de San Antolín es bastante confuso.
La tradición local data su nacimiento en el año 1072, relacionado con los hechos del Cerco de Zamora y la muerte del Rey Sancho II. Así, sería la Reina Doña Urraca quien propiciaría la fundación de la Hermandad.
En el s.XIII, la Cofradía debía de estar plenamente consolidada, al organizar la Romería de la Hiniesta, conmemoración del traslado de una imagen de la Virgen (Nuestra Señora de la Hiniesta) desde la ciudad hasta el pueblo del mismo nombre, ocurrido en 1291. Los primeros estatutos conservados, son los de 1503, fecha en los que son aprobados y en los que se recogen la fusión con la Cofradía de Santiago.





Llama poderosamente la atención en las fotografías antiguas de La Virgen de La Concha, el NIÑO, que luce una peluca, que en la actualidad no lleva, así como el armazón del cuerpo de la Virgen que no parece el mismo en la forma de las caderas, que se reformó en una posterior restauración.

Hoy en día es una fiesta con una gran participación popular, en la que la religiosidad popular se mezcla con una neo-tradición y actualización a nuestros días de una manera asombrosa.

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